domingo, septiembre 03, 2006

La Educación y la Convergencia Europea...

Llegan buenas noticias desde Francia, parece que las protestas de los ciudadanos han hecho dar marcha atrás en la reforma laboral del contrato joven. Es una de esas pocas veces que la palabra Democracia toma algún sentido y se impone lo que beneficia al pueblo y no a los especuladores. Un mes de protestas en la calle, con los estudiantes encabezándolas han dado su fruto. Ni los intentos de descalificarlas por parte de los medios de comunicación, que casi únicamente mostraban imágenes violentas, han conseguido que los manifestantes se ganasen el apoyo de muchos de nosotros y lograsen su objetivo. Bravo por ellos.
Mientras esto sucede más allá de los Pirineos, aquí en España, a los jóvenes - y no tan jóvenes - nos espera un futuro incierto con la reforma de la educación para adaptarla al sistema europeo y poder convalidar así las titulaciones en toda la U.E. Nadie sabe en que va a consistir, y lo que es peor, nadie informa de lo que va a suceder con las titulaciones, ni a los estudiantes ni a los titulados, a pesar de que, siendo irrevocable esta reforma y estando establecidas sus bases incluso en la anterior legislatura, todavía no se sabe a ciencia cierta como quedaremos los que tengamos titulación, ni como se estructurará la enseñanza en un futuro, que titulaciones sobrevivirán o cuales se quedarán en el camino.
Muchos de nosotros empezamos a temer esta reforma, no sólo por la probable mercantilización de la educación, con la consecuente supresión de titulaciones que no sean "rentables" para el mercado, sino que, en muchos casos, como el de los ingenieros técnicos o historia del arte, su profesión desaparece, así, sin más explicaciones.
El caso que conozco mejor, por más cercano, es el de la ingeniería. Las titulaciones se van a dividir, en principio, en tres grados: Bachelor (180 créditos ECTS), Grado: (Bachelor + 60 créditos + Proyecto Fin de Carrera) y Master (Grado + 60 créditos + Proyecto), equivaliendo un crédito a unas 25 horas, entre clase, trabajos en casa y horas de estudio del alumno. El Bachelor no será un título universitario propiamente dicho, ya que nos dispondrá de competencias propias, teniendo el Título de Grado y el Master, en principio las mismas competencias, aunque el Título de Master, al haber adquirido más conocimientos podrá, en principio, actuar en más campos que el Título de Grado.
Hasta ahí todo más o menos claro a día de hoy, pero sólo para el que se interese en saberlo, ya que la única información fiable y al alcance de estudiantes y profesionales es la que proporcionan los Colegios Profesionales, que son los que están negociando con el Ministerio de Educación como quedarán organizadas tanto la educación como la práctica profesional de cada una de las titulaciones. Yo mismo he enviado cartas a mi Escuela y a mi Delegación de Alumnos, no recibiendo siquiera una contestación de ninguna de ellas. Ya tenía comprobado que en la Escuela de Minas no importa el alumnado más que para recibir fondos de la Politécnica, pero no sabía hasta que punto, aunque el problema es más que generalizado, casi nadie tiene claro lo que va a suceder. Muchos alumnos no saben ni lo que es el EEES o los ECTS.
Tampoco nadie nos explica de dónde se va a sacar la financiación necesaria para que los ECTS se lleven a cabo, ya que las universidades públicas españolas no tienen, en su inmensa mayoría, ni los medios ni los recursos de ningún tipo para desarrollar las enseñanzas tal y como se imparten en otros lugares. Faltan laboratorios, medios técnicos e informáticos, espacio en las Escuelas, ganas de los profesores - que además serán evaluados por sus investigaciones, dejando de lado la docencia, lo que supondrá que si hoy por hoy muchos profesores se interesan más por ellas que por la formación de sus alumnos, esto se agrave aun más -, y disposición del alumnado, siempre más propicio a los "aprobados por curso", que a aprender algo útil..., todo hay que admitirlo...
Un posible, o más que posible, medio de financiación son las empresas privadas, que entrarán con sus exigencias en los planes de estudio de las Facultades y Escuelas que les sean rentables. Hoy en día esto también existe, son las llamadas Cátedras Empresa, de las que mi Escuela ya tiene algunas, y que en principio, planteadas con sensatez, son una ayuda para los alumnos, para la Escuela y para la propia empresa. ¿Qué es planteadas con sensatez? Pues básicamente lo que sucede hoy en día, donde esas empresas - como Repsol, CEMEX, Pórtland, UEE, etc. En el caso de mi Escuela - dan una formación complementaria a alumnos interesados en ella, aportando una ayuda económica a la Escuela y pudiendo contratar a profesionales con mejor formación que en otros lugares. Hasta ahí me parece correcto, de hecho yo he participado en algunas de ellas.
El problema viene cuando estas empresas den algo más que una aportación a la Escuela y pasen a ser una especie de "Inversores", que, por lo tanto, podrán exigir cierto nivel de poder en su manejo, convirtiendo un lugar público en algo semiprivado o privado, interviniendo en planes de estudio y, más que probablemente, moldeando estos a su gusto, de tal manera que el ingeniero generalista se pierda, cosa nefasta para cualquiera de nosotros, seamos de la rama que seamos, ya que es una de las mejores bazas que tenemos a la hora de encontrar trabajo.
Ese es otro problema. Si formamos ingenieros especialistas y el mercado laboral, por regla general y olvidando las grandes empresas, requiere ingenieros generalistas, ¿En qué es en lo que beneficiamos al alumno? En mi opinión en bastante poco, y teniendo en cuenta que tanto las actuales Escuelas Técnicas Superiores y Escuelas de Ingeniería Técnica ofertarán la Titulación de Grado, el mercado laboral tiene pinta de que se va a poner, por lo menos, complicado en un futuro no demasiado lejano.
Dejando un poco la especialización en las enseñanzas técnicas podemos pensar también de que manera se financiarán carreras como Historia, Filosofía y Letras, algunas Filologías, etc. que no son rentables para las empresas, y que por lo tanto, no serán objetivo de sus "inversiones", ¿Desaparecerán?.
Así que de este modo andamos, nadie nos explica nada y nadie pide explicaciones, nadie protesta. Las pequeñas manifestaciones como la del pasado Martes en Sol sólo son secundadas por una minoría y acaban como el rosario de la Aurora, con los mismos cánticos fuera de lugar y con carreras calle arriba y porrazos en la espalda.
Esto da que pensar: El paraninfo de la UCM lleno de gente tumbada al solecito, y la Plaza del Sol casi vacía. Nuestro futuro esta pendiente de un hilo y nadie se preocupa de él, nos jode más que no nos dejen beber en la calle o que nos cierren los bares pronto. Eso es más importante que tu formación, que tu futuro... la alienación elevada a la enésima potencia, lo nunca visto. Por una vez me gustaría ser francés, por aquí empiezo a estar harto de las mismas cantinelas y de las mismas rutinas que siempre.
Así nos va. Y no es cuestión de partidos, puedo dar buena fe de que la práctica del botellón se multiplicó por cien en la época del PP, después de haber nacido en la del PSOE y alcanzar la máxima expresión de la estupidez en esta nueva época socialista, vía macrobotellones "reivindicativos", y aunque yo lo haya practicado y aún lo haga algún fin de semana, me niego a poner el "derecho" a practicarlo por encima de otros muchos infinitamente más importantes.

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