jueves, septiembre 07, 2006

¿Cayucos o Pateras?

Hoy "sólo" han llegado 300 inmigrantes a Canarias. Mientras a unos miles de kilómetros, en la capital, unos cuantos políticos se dedicaban a tirarse los trastos los unos a los otros en lugar de buscar soluciones a un problema que, queramos o no, nos afecta a todos,
Sí, nos afecta a todos porque todos lo hemos creado. Me da igual que ahora busquen las razones en una determinada legalización o en lo que quieran. Tenía que pasar, más tarde o más temprano, los "vencidos" tenían que revelarse contra los que les "vencieron" y les "vencen" todos los días. Y esos somos todos. Unos encantados y otros menos conformes, pero al fin y al cabo responsables en gran medida de lo que sucede en éste planeta.
Y es que en un mundo donde el desarrollo del mundo depende del consumo de unos pocos, donde la justicia se confunde con caridad, donde se hace negocio incluso con la ayuda a los que mueren de hambre, situaciones así tienen que darse. No se puede exigir que el que nada tiene demande que se merece algo, aunque sólo sea por la condición humana que compartimos. Y eso afecta a nuestro querido bienestar, para bien o para mal.
Desgraciadamente, las injusticias alcanzan hasta a quienes pueden hacer un camino para buscar lo que creen una vida mejor. No es lo mismo entrar por Barajas o por los Pirineos que vía cayuco, o como siempre lo hemos conocido, un nombre menos "light": Pateras. Incluso entre estos últimos, hay clases, esta claro que los que mueren de hambre no son los que vienen en las pateras.
Aún así, África es el cementerio del mundo. Masacrada por el SIDA, por las luchas tribales, por sus dictadores multimillonarios y por quienes explotan sus recursos sin importarles lo que se llevan por delante o a que piezas hay que mover en el tablero para conseguir sus propósitos. Éstos últimos, siendo sincero, no son todos. Pero sigue habiendo demasiados, sino que se lo digan a los que mueren por culpa del Coltán en la República "Democrática" del Congo. Bendito superconductor.
Y es que es indignante oír que, por ejemplo, el gobierno de Nigeria se queda con el 80% de la producción de los pozos de la Shell, que luego se lo refina y comercializa, una buen ejemplo para ver cómo se vive en uno de los países con mayor producción de petróleo se puede ver en el documental "Workingman´s Death", que expone el caso de un matadero en ese país. Otro caso para tener en cuenta es el ya citado del Coltán, que nos permite tener móviles de ultimísima generación, con todas sus tonterías, o portátiles ultrafinos. Todo al módico precio de unos cuantos cientos de miles de vidas humanas.
Otro mal endémico de África, y ésta vez de propia cosecha, aunque quizás inducido por otras razones, es que el dinero que allí llega sirve para que los que allí mantiene a familias y poblaciones enteras, pero también les "evita" que tengan que trabajar. Las consecuencias de ésta actitud son obvias: mas miseria y más inmigración que deja a los países sin jóvenes aptos para trabajar.
¿Y las soluciones?. En ningún sitio. En un mundo movido por el dinero la carestía de éste decide quien muere y quien vive, quien es un ciudadano de primera y quien es de segunda categoría. Juegan a ser Dios, deciden quien no importa que muera y quien debe vivir. Y así nos va.
De manera indirecta nos meten en la cabeza que los del primer mundo somos una especie de raza elegida. Al más puro estilo nazi puedo leer en algún blog "Y van a votar hasta negros". Dirán que no es por creencia en su superioridad, pero en el fondo si lo es. Y lo saben, que es lo peor. Las excusas de que se hace por beneficio electoral tampoco son demasiado válidas, ya que aunque el fondo sea cierto, le pierden las formas. Vaya si los pierden.
Y, está claro que la inmigración nos trae problemas además de beneficios. Pasarse por un hospital puede darnos unos cuantos ejemplos. En los parques de algunos barrios también podemos encontrar otros. En mi calle, sin ir más lejos, hace un par de días tuvimos que salir al balcón para recriminar a un desgraciado que estaba pegando a una mujer. Una prostituta extranjera, de esas que vemos en los bordes de las carreteras y a veces parece que confundimos con señales. La puta realidad a la vuelta de la esquina, una muestra más del 4º mundo que estamos creando.
Así, que guste o no esa es la realidad que creamos. Que permitimos que se cree, en éste mundo donde la envidia, que más de uno achaca a la izquierda, pero que, aunque jamás lo admitirían, es una de las bases que mueven a éste mundo neoliberal en el que nos dedicamos a intentar sobrevivir día a día.

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