lunes, diciembre 31, 2007

Comer de la basura...


Algunas veces hay situaciones que cuando se presentan delante de tus narices te dejan perplejo, te hacen sentir rabia. Ver como, día tras día, hay gente que espera a que los empleados de un supermercado tiren a la basura los restos de comida y los productos que ya no sirven para ser vendidos y que esa es, bien su forma de ganarse un dinero o bien su manera de subsistir, es una de esas situaciones; ver que gentes de todas las edades, españoles y extranjeros que, a simple vista, nadie definiría como pobres y de los nadie pensaría que pudieran pasar esa hambre en este Madrid del siglo XXI que nos venden es algo que, en mi opinión, no debería dejar indiferente a nadie.
Pues sí, parece que en este Madrid ultramoderno, en este Madrid con aspiraciones Olímpicas, en este Madrid que es uno de los motores de esta España octava potencia mundial, hay gente que pasa tal necesidad que se ve obligada a buscar en la basura los restos que los que podemos permitirnos derrochar 40 € en una noche de juerga no nos comeríamos jamás; y apostaría que más de un vecino de alguno de nosotros puede ser una de esas personas que rebuscan en la basura.
Así que siendo consciente de estas situaciones, cada vez estoy más convencido de que reducir la pobreza a términos estadísticos, poner barreras de separación entre qué es ser pobre o qué no es ser pobre es estúpido, sólo enmascara la realidad. Pero quizás se trate simplemente de eso.
Y, en vista de estas situaciones, el debate interno me suscitan es algo que me hace plantear dónde y cómo quiero plantear mi futuro, en qué cosas puede uno colaborar, en qué falla esta sociedad que nos rodea y, por ende, en qué fallo yo en mi forma de actuar.
La mayoría de las veces, el resultado de estos pensamientos es bastante desolador; tanto por razones externas como internas a mi persona:
¿Es realmente posible ser ajeno a todo esto?¿Es tan fácil asumir como propias las teorías de aquellos que piensan que todos aquellos que encuentran en esa situación "algo habrán hecho" o que "están destinados" a estar así?¿Es tan sumamente fácil entrar de lleno en la corriente de pensamiento imperante y que es tan políticamente correcto defender?¿Es tan jodidamente fácil hablar, denunciar, quejarse, y luego actuar de manera completamente opuesta?¿Tan fácil es vivir de apariencias?.
Pues eso, vuelvo a escribir para aquel que quiera leer. Y lanzo las preguntas para aquellos que quieran compartir la reflexión

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