La vida nos depara coincidencias inesperadas que, a veces, nos hacen esbozar una sonrisa; otras, sin embargo, todo lo contrario. Hay coincidencias en que te hacen tambalear lo que hasta ese momento creías seguro; otras sólo refrendan lo que sabías que iba a suceder y sobre lo que no tenías el control, aunque pudiera parecer que no era así.
Actos tan sencillos como escoger aleatoriamente una canción te puede alegrar todo el día; otras veces se convierte en una pequeña tortura de 3 minutos. Sopresas como oir una antigua voz conocida justo al lado tuyo te hacen despertar ese pensamiento tan molesto del "y si yo..."; otras te alegras de que sólo sea una antigua voz conocida.
Hay veces que te encaminas hacia donde sabes que pasarán cosas que preferías no ver, aún así vas allí y te repites :"Sabías a lo que venías, no te quejes".
Pero, sobre todo, esas sorpresas, esas coincidencias, esas situaciones, hacen que levantes la cabeza y mires de frente a lo que te espera en un tiempo no tan lejano. Algunas te hacen envidiar algo, otras llenarte de esperanza; unas veces te están dando vueltas días y días, otras sólo se retienen unos minutos y luego se olvidan.
Yo, personalmente,prefiero ésas últimas, las otras no me hacen ningún bien.
sábado, marzo 07, 2009
Suscribirse a:
Entradas (Atom)