Atentados en todo el mundo, muertos de todas las razas y colores, de muchos credos y religiones diferentes, pero siempre igual, el inocente o el pobre pagan con sus vidas.
La pregunta sigue siendo la misma que leo todos los días cuando paso en el tren por Torrejón, colgada en un cartel olvidado en la valla de una empresa, es una pregunta muy simple, dos palabras: ¿Por qué?.
Habitamos un mundo que hemos convertido en insostenible, donde unos pocos vivimos a costa de la miseria de una gran mayoría, donde se sigue matando en el nombre de Dios, donde no hace falta salir de tu barrio para ver que las bonitas palabras que escuchamos por la televisión no son ciertas, que el mundo idílico de libertad y democracia se perdió en algún lugar entre la ilusión y la utopía.
A lo largo de la historia la vida humana no ha tenido mucho valor, se ha matado en nombre de Dios, conquistado continentes enteros para conseguir recursos y con ellos el poder, masacrado en nombre de ideales absurdos... da miedo recordar la historia de la humnidad, igual que nos debería dar mirar el trocito de historia que estamos o estamos dejando que algunos creen. Da igual los tratados de derechos humanos, las declaraciones de intenciones, las naciones unidas o cualquier otra cosa, sólo avanzamos tecnológicamente, no humanamente, tanta tecnologia no nos sirve de nada, seguimos siendo como hace miles de años; el egoismo, la codicia, la maldad, el fanatismo, etc... no desaparecen, sino que en el fondo son fomentadas por esta, "nuestra forma de vivir", mires donde mires del mundo... el avance de la cilvilización humana lo único que hace es "refinar" la manera de hacer las cosas, ya no se conquistan paises, es más fácil implantar una democracia con un gobierno títere...
Y como si se tratase del Ying y el Yang, cada poder necesita su contrapoder, se necesita un enemigo, alguien que nos amenace, alguien a quien hacer responsable de todos los males... algo que realimente el miedo que todos sentimos hacia lo desconocido, hacia lo que no interesa explicar, sino convertir en monstruos, sea cual sea su manera de pensar y de vivr o la diversidad que lo componga... los dirigentes occidentales a los arabes y los dirigentes arebes a los ocidentales, ¿para qué...? creo que todos conocemos esa respuesta... y al final la gente de a pié somos los que perdemos, en Nueva York, en Madrid, Londres o Bagdag... pagamos por las ansias de poder de unos pocos, pagamos por sostener un sistema que nos asesina, que nos roba el alma y todo lo que nos convierte en humanos, y con el que muchos parecen encantados...
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